martes, 27 de marzo de 2012

El Espejo


Cuando S llegó al taller los 7 varones ya estaban trabajando. Era la primera vez que ella iba a jugar el juego "Viaje por el Valle de Tras-la-Tierra" y apenas le conté que los chicos ya estaban armando sus personajes, le relampagueó la inquietud y despidió precipitadamente a la mamá, quien le dijo: “A ver si inventás alguien que te ayude a ordenar tu cuarto”.

Ese día S apenas logró elegirle un nombre a su personaje. Daba vueltas, no quería ayuda, se quedaba indecisa, como leyendo y releyendo eso que no lograba escribir.

No nos detuvimos en el impedimento, lo salteamos y pasamos directamente al juego.

S se divirtió muchísimo jugando. Con una habilidad maravillosa cumplió su rol y afrontó las pruebas sin dar importancia a los 7 varones que no estuvieron muy amigables con ella.

Al terminar, cuando estábamos merendando, me dijo que ya sabía qué ocupación elegir para su personaje. “Es cocinera” –dijo –“se la voy a mandar a mi mamá, a ver si le enseña”



sábado, 17 de marzo de 2012

El Dueño de Todo


Como les había anunciado, el tema era el Otoño.

Estábamos casi en el horario de comenzar el taller con el primer grupo, los chicos jugando afuera, cuando apareció “El Dueño de Todo” y los retó por corretear y gritar.

Mientras los grandes se iban a la plaza y el grupo de pequeños entraba a la sala de cuentos (un poquito antes de tiempo pero a salvo del susodicho) apareció el pajarito que nos contó que el Dueño de Todo suele declarar sin tapujos que no soporta a los niños.

Casualmente (por esas tramas maravillosas que a veces se nos manifiestan y nos dan motivos, impulsos para escribir) ese día iba a contarles un cuento de Oscar Wilde, “El gigante egoísta” publicado junto a El Príncipe Feliz, en 1888.

El Gigante Egoísta es dueño de un hermoso jardín que conserva su vida y color gracias a los niños que van a jugar allí, a la salida de la escuela. Cuando el gigante vuelve de su viaje y los descubre, inmediatamente los hecha y cuelga un gran cartel con la  prohibición y el anuncio del castigo… Entonces llega el invierno, se instala y no se va más… hasta que el gigante comprende quiénes le dan vida al jardín… y el cuento se resuelve con la conversión del malo…

Me dio una inmeeeeensa satisfacción contarles este cuento. Mucha más satisfacción que si hubiera salido a defenderlos y a decirle algunas cosas al Dueño de Todo.

Al final del taller, escribimos papelitos en formas de hojas de Otoño (el tema supuestamente era el Otoño, no el Gigante). Algunos eran mensajes al Gigante Egoísta y otros versos disparatados que se les ocurrieron a los chicos.

Los pusimos en la vidriera, entre los libros… No vaya a ser que el Dueño de Todo pase por ahí… se detenga a leer y comprenda quiénes son los que le están dando vida a su jardín… 


Imagen tomada del blog "En clave de Niños".

jueves, 15 de marzo de 2012

Si las cosas cambiaran así de repente...

El viernes pasado, a partir de una situación particular y repentina que estaba viviendo la mayoría de los niños que vienen al taller, trabajamos el "cómo sería todo si mañana fuera distinto".

Leímos "Cuando en Milán llovieron sombreros", de Gianni Rodari y después empezamos a tirar ideas. Una tras otra, una tras otra... Tantas fueron, que sólo llegamos a rimar las primeras:

"Si las cosas cambiaran
así de repente
en los árboles habría
nidos de gente.


Las montañas se hundirían
bajando las lomas
y el signo de la paz
sería una escopeta en vez de una paloma".

Hasta acá rimamos. A continuación copio algunas de las ideas que llegué a anotar, con la intención de invitarl@s a sumar estrofas.

Si todo fuera distinto los abrigos congelarían, los lápices borrarían, los libros serían pajaritos (!!!!!!!!!), la caca sería rica, las mesas se sentarían, la escuela sería un boliche, las ballenas tendrían alas, las directoras serían buenas, Messi sería Pastore, los que molestan serían tímidos...






martes, 13 de marzo de 2012

Ensalada Casera




“Te palta foco,

los hermosos están dibujos”

dijo la velita, mientras

encendía una madre.


A veces

la vuelta se da casas,

las mareas se palabran,


y nada entiende nadie

y nadie entiende nada.



De: "8 años, 6 poesías, un cuento y una historia a medias".
Poesías de María José Echenique e ilustraciones de Celina Mackern.